sábado, 3 de enero de 2009

El triangular más insólito en la historia del fútbol

Por Carlos Beer De la Redacción de LA NACION

El triangular más insólito en la historia del fútbol había empezado mal. Pero atención, no todas son malas noticias, porque al menos mantuvo una coherencia absoluta de principio a fin: terminó de la misma manera. No debería resultar difícil diagramar un minitorneo de tres equipos a modo de desempate. No debería...
En cualquier deporte medianamente organizado, el que gana el primer partido en un torneo de tres descansa la segunda fecha. Pasa en el fútbol en los torneos de verano. Y pasa, también, en competencias informales: vaya a la costa en el verano y presencie un triangular de voleibol para ver cómo se arma. Seguramente será con mayor coherencia que la que tuvo la definición de un torneo considerado uno de los mejores del mundo.
Si el armado del triangular resultó erróneo, la realidad consagró al campeón que, para muchos, puede ser el menos justo de los tres. No porque Boca sea un equipo inferior a San Lorenzo o a Tigre. Tal vez sea mejor. Tal vez no. Son gustos. Tiene un plantel con una calidad enorme, capaz de superar con claridad a todos los equipos del fútbol argentino. Que se entienda: a la hora de las cualidades futbolísticas, se puede considerar a Boca un digno campeón. Pero no con estas circunstancias.
Hoy, en el debate futbolero de cada esquina, algunos elogiarán al equipo de Carlos Ischia. Otros no. Es imposible unificar criterios porque se entraría en terrenos dominados por la subjetividad. Y en el reino del análisis periodístico debe primar la objetividad como madre de todos los comentarios.
En Inglaterra, por ejemplo, San Lorenzo ya habría sido campeón. El equipo de Miguel Angel Russo llegó al triangular después de empatar en puntos con sus dos contrincantes, pero con una mejor diferencia de gol. Así consagran la Premier League y muchos otros certámenes del planeta. No el nuestro. Finalmente, San Lorenzo terminó fuera de la lucha por el título por la contabilidad de los tantos en dos partidos en lugar de las 19 fechas del torneo Apertura.
En España, por citar otro ejemplo, Tigre habría sido campeón antes. Allí se cuentan los resultados entre los equipos que igualan la primera posición. Lo mismo sucede en la etapa de clasificación de la Liga de Campeones. No pasa eso en estas canchas. En el desarrollo del Apertura, Tigre les ganó a Boca y San Lorenzo.
En la Argentina, el campeón fue Boca. Porque ganó un triangular inédito, con reglas particulares, a contramano de lo que sucede en otras ligas del primer mundo futbolístico. Con el armado del fixture con reglas fuera de toda lógica. Y con un desenlace marcado por las contradicciones. Lo que se planteó como un final apasionante por los protagonistas del juego terminó embarrado en un lodo organizativo.
Como tantas otras veces, el fútbol argentino se muestra al mundo empantanado en sus propias carencias.
cbeer@lanacion.com.ar

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