miércoles, 20 de octubre de 2010

BUDHIA SINGH, LO QUE NO SE DEBE HACER.

Se dice que la India esconde historias sorprendentes. Es algo que revela parte de su exotismo así como de su dimensión de continente de hechos sobrenaturales. Grandes religiones, pensamientos que buscan romper la barrera del tiempo, el espacio y la unidad. Sucesos que describir en esta pequeña nota serían imposibles. Pero lo que si puedo narrar es un acontecimiento que se dio hace poco y que pude apreciar gracias a esa crónica visual que son los programas especiales de Discovery Channel. Es la historia de Budhia, un pequeño niño rescatado de las fauces de la pobreza extrema y la necesidad por un hombre que lo adoptó para poder realizar un sueño conjunto: Convertirlo en el mejor maratonista del mundo. Biranchi, su padre adoptivo y entrenador sólo tiene como meta convertir a Budhia en el mejor corredor de la India, sin importar que este sea sólo un niño de 4 años. Bajo un duro entrenamiento que lo hace correr 30 kilómetros para alcanzar este fin. La opinión de Budhia es la misma, el sólo quiere correr, y es increíble que a su pequeña edad se aferre con todas sus fuerzas a esa meta y con la corteza de su voluntad afiance su sueño. Ser el mejor corredor de la historia.


El Forest Gump Oriental
“Corre Forest, Corre…” Son las frases que nos recuerda a la famosa película llamada “Forest Gump” que narra la epopeya de una persona que a pesar de la lentitud de su pensamiento no encuentra impedimento para cumplir todos sus objetivos. En el caso de Budhia la consigna puede ser la misma. Correr para lograr todos sus sueños realizados, obtener medallas olímpicas, mejores condiciones para su actual familia y una bicicleta que sigue siendo el sencillo pero “mágico” sueño que abraza como niño. Aun no es consciente que a su pequeña edad ese entrenamiento le puede ocasionar daños irreversibles. El sólo sabe que hace feliz a la gente corriendo.
Orissa es una ciudad de la India que alcanza los 21 grados Celsius. De todas las carreras que ha corrido Budhia, se encuentra en la más importante. Correrá 70 kilómetros sin injerir agua. Lo que para algunos es un hecho inhumano, dejar que un niño corra más de 8 horas, cuando su organismo no esta preparado para tales fines y la muerte es una posibilidad muy grande. El padre de Budhia, Biranchi, dice que es un record mundial lo que intentan hacer y que es voluntad de Budhia hacerlo, así le cueste la vida. La vida del niño sería tomada con la de un Mártir, un héroe de los bajos fondos. El Gobierno de la India muestra su malestar y preocupación por lo que llaman explotación de un menor. Pero el cariño popular que despierta el niño, que inclusive tiene una canción compuesta, lo hacen actuar con la común lentitud burocrática de un Estado. Un medico examina a Budhia y ratifica su buen estado físico. Imaginen ustedes al más pequeño de la casa, al hijo, al nieto o al hermano menor en sus primeros años. Un ser de contextura frágil, un criatura delicada en formación. Cuantos de ustedes negaría de inmediato la posibilidad que sea expuesto al menor peligro. Budhia, el niño que describo se preparaba para luchar con la muerte.

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